El Carisma Oblato
El Concilio Vaticano II nos enseña que la misión de trabajar en la Viña del Señor (Mt 9, 35-38) no ha sido encomendada sólo a los que han recibido el sacramento del orden, sino que es tarea de todo bautizado, de todo el Pueblo de Dios.
Por ello los Oblatos , tanto sacerdotes y religiosos como laicos, han sido invitados a seguir a Jesucristo dentro del Carisma oblato. Un carisma es un don a la Iglesia, un regalo que Dios da.
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